Vale, la primera vez que fui a ver a Cildo Meireles al MACBA fue con G.
El MACBA después de esa época dorada donde tenias que estudiar dos tomos de arte conceptual para entender una exposición de un americano, ni catala, ni español, ni europeo...
americano siempre...
creo que al director lo mandaron haciendo fú al Reina Sofía más que nada por que aquello parecía Kansas en vez el AMpurda...
ni entro ni salgo...
la cosa era que aquello tenia que cambiar...
La primera instalación en la que nos metimos fue un cuarto oscuro hasta la rodilla de polvos de talco, que ya podría haber sido otra cosa...salías con una polvareda que ni te cuento...a mi muy higiénico no me parecía, vete a saber si habría entrado un colegio, como pongo un colegio pongo unos hooligans...seguro que el talco es aséptico, esperanzas tengo...
total verme a mi a la salida de lo que se supone una capilla dando pataditas, de negro riguroso, envuelto en una nube blanca, como un botafumeiro, como una gamba en tempura, eso sí que es arte...
ahí nos pillo un segurata, G es un imán para seguratas, el segurata nos acompaño a una torre de ni se sabe de que altura formada de radios...una encima de otra...el segurata estaba muy aburrido porque en los museos no habla nadie y se conoce que la expo estaba bien pero claro todo el día ahí metido, eso y que estaba acostumbrado a una narco sala y claro de vez en cuando un par de hostias tienes que meter y a lo que vamos más entretenido és.
Es ese punto de la conversación donde yo salgo echando leches y G le pone más interés...dando saltitos mire para arriba... la montaña radio, la rodee, me volví loco escuchado las cientos sin dial y por fin encontré una sintonizada, acerque la oreja, oí a Gemma Nierga y sentí horror con R.
